martes, 16 de junio de 2015

Guia rápida de escritura

Ante todo, esto no es original mío, solo resumo lo que he encontrado por ahí y me parece muy correcto. Y le he añadido algo personal.

1. Aligerar aliteraciones abundantes.
2. ¡Fuck anglicismos!
3. Sintácticas retorcidas difíciles de comprender evitar debes.
4. Procura usar una ortografía correcta; y la puntuación.
5. Rehuye del tópico como de la peste. Es mas viejo que Matusalén.
6. Las comparaciones son peores que los tópicos.
7. Lo peor de todo son los superlativos.
Octavo. Mantén el formato y el estilo.
9. Intenta ser más o menos específico.
10. A nadie le gusta las generalidades.
11. Evita ser redundante y usar mas palabras de lo necesario, porque es algo total y absolutamente superfluo.
13. ¿Quién necesita preguntas retóricas?
14. Exagerar es un millón de veces peor que quedarse corto.
14. Las listas numeradas deben quedar bien numeradas, que para lo demás ya existen los signos de puntuación.
15. Las enumeraciones con mas de diez puntos parecen poco claras.

En fin, solo con esto, hasta la próxima entrada.


Agradecimientos a las fuentes André Höchemer y Raquel Burgos.

miércoles, 10 de junio de 2015

La conciencia como juez

Justicia”. Virtud que inclina a dar a cada uno lo que le pertenece”.
(1ª acepción de este término según la RAE).

Esta definición nos enfrenta al concepto de “equidad”, el cual ha variado a lo largo de la historia, y, es distinto según los principios religiosos, valores morales e ideologías desde los cuales se establezcan.

Los Estados, mediante sus ordenamientos jurídicos intentan regular sistemas que cubran las necesidades para la obtención de dicha “justicia” que, sin embargo en ocasiones, en aras de un “interés superior”, el mismo sistema lo socava con fórmulas que algunas veces son justas pero no equitativas y, en otras, ni equitativas ni justas (caso de indultos según sean aplicados por su razón o conveniencia), dejando al Estado y, en particular al gobernante, marcados, como poco por una dudosa moralidad (¿el fin justifica los medios?, ¿la razón de Estado está por encima del mismo sentido de la Justicia?).


Ante circunstancias como las anteriores, o bien cuando el sistema falla por alguna causa (p.ej. no se puede establecer una culpabilidad por algún motivo), sólo quedaría el exiguo consuelo para los afectados o víctimas de la conciencia del culpable como único castigo. Sin embargo, desgraciadamente esta “mala conciencia” es inexistente en dos casos clarísimos; el primero de ellos en el de los psicópatas que carecen de empatía (aunque conozcan claramente lo que es bueno y malo), y, en segundo lugar, el caso de los delitos cometidos por fanáticos de diversa índole (políticos, religiosos, etc.), que no consideran dichos actos como censurables sino, al contrario, como heroicos para obtención de unos objetivos de carácter superior.





Luis Miguel Vega Bermejo